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  • “La Escuelita de Famaillá” propone recorridos sobre el Espacio de Memoria

    El Espacio retoma los recorridos presenciales guiados a través de protocolos y cuidados sanitarios.

    “La Escuelita de Famaillá” fue el primer Centro Clandestino de Detención del país. Además de ser Lugar Histórico Nacional, y Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos; alberga a la primera experiencia educativa: el Centro Educativo, especializado en Derechos Humanos “Ana María Sosa”.

    Talleres comunitarios, capacitaciones docentes, diseño de bibliografía para el aula, muestras artísticas y pedagógicas, acompañamiento territorial a escuelas, acciones articuladas con otras instituciones, organismos y dependencias, son algunas de las tantas actividades que se brindan, no sin antes, invitar a las y los interesadas/os a transitar por la experiencia principal que es el “Recorrido histórico/testimonia” por el Espacio.

    Tras un año marcado por la pandemia, el Espacio retoma los recorridos presenciales guiados a través de protocolos y cuidados sanitarios. Por ello, se solicita a los interesados en participar que se comuniquen vía correo electrónico. Asimismo se pueden solicitar instancias virtuales de encuentro. Para reservar la fecha se debe escribir a [email protected] o enviar un WhatsApp al 3813459320.

    Los recorridos se realizan de lunes a viernes de 9 a 18, con asistentes particulares o grupos de hasta 15 personas, con una duración de hora y media. Al ingreso se tomará la temperatura, se deberán higienizar calzado y manos y utilizar barbijo durante todo el recorrido, entre otras medidas sanitarias.

    Laura Bravo, profesora de Historia y Coordinado del Centro Educativo “Ana María Sosa” afirmó: “Hablar de recorrido en lugar de visita es una distinción que se ancla en la pertenencia. Uno puede ser visita, espectador ajeno de un lugar que, al salir, no demanda nada, dejando como única opción un recuerdo simple destinado al olvido. Recorrer, se asocia con ser y estar, con un aquí y ahora, pero también con un ayer y un mañana. Es involucrarse en un transitar de palabras y sentires complejos, encontrados, a unir, para rearmar el yo, que sale de esa experiencia”.

    En ese mismo sentido agregó: “Vivenciar un recorrido por un Espacio de Memoria, es abrirse a desandar los nudos más arraigados de la historia oficial y entretejerlos con las voces que no alcanzaron las tapas de los relatos hegemónicos. Es sentirse angustiada/o, temerosa/o, impotente y a la vez comprometida/o, feliz de ver y leer el pasado desde y con otras herramientas. Es también, la puerta cientos de interrogantes abiertos, que buscarán respuestas en las aulas, en la familia, en los vecinos y en los pares. Finalmente, el recorrido, es la invitación a volver, a profundizar y ampliar lo aprendido, a luchar y aportar desde la convicción que esa cicatriz, da cuenta de una historia que debe ser compartida y replicada para la real concreción de los procesos de memoria, verdad y justicia”.


    BREVES