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  • Charla sobre Trastornos en la conducta alimentaria y el autismo

    El Programa ‘Salud en Movimiento’ junto al CEPTA concientizan sobre la importancia de incorporar hábitos saludables.




    El Programa ‘Salud en Movimiento’ del Ministerio de Salud Pública, junto al Centro Provincial de Trastornos Alimentarios (CEPTA), continúan impulsando los encuentros en vivo para concientizar sobre la importancia de incorporar hábitos saludables. La próxima charla tratará sobre los trastornos en la conducta alimentaria y el autismo.

    “Brenda Gargalione es especialista en problemáticas relacionadas al autismo. La charla estará dirigida a la población en general, sobre todo para poder trabajar en acciones de prevención y promoción de salud, y poder detectar los primeros signos en la infancia en cuanto a los desórdenes alimentarios”, adelanta Mabel Alonso, referente del programa de Prevención y Abordaje de Trastornos de la Conducta Alimentaria e integrante del equipo del Cepta. 

    El próximo encuentro virtual será el martes 13 de abril, a las 9 horas. El canal será la cuenta de Instagram de Salud en Movimiento (@saludenmovimientotuc).

    Asimismo, explica que en los primeros años de vida es importantísimo educar a los niños en la alimentación, como se hace en cualquier otro hábito. Los primeros signos pueden aparecer en la temprana infancia y pueden ayudar a diferenciar si algunas de esas dificultades se deben a causas típicas de educación alimentaria o bien pueden ser los primeros signos de alguna patología de base que tenga que ver con el comportamiento o rasgos primitivos del autismo.

    En cuanto a la detección temprana, señala, siempre es esencial poder ser consciente de que estas dificultades en la primera infancia no tienen que ser minimizadas y si bien a veces pueden agotarse sólo en la consulta del médico clínico, es aconsejable chequear y hacer una evaluación completa a pesar de que los niños sean pequeños.

    “Los primeros signos del autismo asociados a otros comportamientos extraños de los niños, ya pueden detectarse desde los dos años y medio a tres. Es fundamental poder realizar las consultas con los profesionales, guiados por los médicos pediatras y también por el equipo multidisciplinario”, comenta.

    Y añade: “Estos signos a detectar en la primera infancia tienen que ver con la modalidad y vinculo que establece el niño con los alimentos, las restricciones o rechazo alimentarios ante las primeras experiencias con la comida, el vínculo que generan con su entorno y el soporte que reciben familiar en la incorporación de la alimentación saludable. Cualquier dificultad o desorden en este ámbito es importante para poder detectar primeros signos relacionados a comportamientos o conductas restrictivas de la infancia”.


    BREVES