A nivel de los aportes de la especialidad para la prevención de enfermedades, el referente sostuvo que la otorrinolaringología puede atender afecciones desde el inicio de la vida, como el diagnóstico precoz de la hipoacusia en la salud pública, a través de otoemisiones acústicas que se efectúan por ley de forma obligatoria en toda Argentina, para detectar posibles pérdidas auditivas congénitas o perinatales.

También se hacen estudios antes del ingreso escolar y del ingreso al secundario, así como en cada valoración prelaboral se solicitan estudios audiológicos para detectar posibles pérdidas auditivas: “También es una especialidad en la parte nasal, en el área de la voz, fundamental para los profesionales de la voz, como son los docentes y trabajadores de la comunicación, en quienes es importante detectar posibles disfonías o pérdidas del tonado para evitar lesiones”.

Pacientes que tengan problemas respiratorios a nivel de nasal, como obstrucciones de reciente inicio o con pérdida de sangre a través de las fosas nasales, también requieren de la especialidad: “Son todas alarmas que nos tienen que llevar a la consulta para detectar lesiones a nivel nasal, tumorales o de otra índole, para poder tratarlas a tiempo”.

Siguiendo sobre la línea del cuidado preventivo de la audición, Valdivieso hizo hincapié en la importancia de la consejería y resguardo especial de aquellas personas que se encuentran expuestas a ruidos fuertes por su trabajo, como los obreros de la construcción, trabajadores fabriles, entre otros: “La industria tiene que usar la protección auditiva reglamentaria para evitar lesiones que nos acompañan después toda la vida”.