
El efector concretó por primera vez en el sistema público una cirugía mínimamente invasiva por cateterismo para tratar una cardiopatía congénita.
El efector concretó por primera vez en el sistema público una cirugía mínimamente invasiva por cateterismo para tratar una cardiopatía congénita. El procedimiento fue posible gracias a la inversión en tecnología, equipamiento y recursos humanos impulsada por el Ministerio de Salud Pública, a cargo de Luis Medina Ruiz, y al apoyo del gobernador Osvaldo Jaldo.
El jefe del equipo de Hemodinamia, Ricardo Falú, explicó que se trató de una comunicación interventricular, “un defecto en la pared que separa los dos ventrículos del corazón, lo que genera un paso anómalo de sangre y complicaciones a largo plazo”. Hasta ahora, la única alternativa era una cirugía a corazón abierto, con los riesgos y la recuperación prolongada que ello implica. “Hoy pudimos resolverlo mediante un cateterismo, introduciendo un dispositivo oclusor a través de un catéter muy fino. La paciente recibió el alta al día siguiente, sin dolor ni medicación posterior”, destacó.
El especialista remarcó que el logro es fruto de un trabajo de años del Servicio de Cardiología, liderado por la doctora Patricia Baselga, junto a un equipo interdisciplinario de médicos, anestesiólogos, enfermeros y técnicos. “Este es un proyecto colectivo, con profesionales formados en instituciones de referencia nacional como la Fundación Favaloro y el Hospital Garrahan, que hoy ponen todo ese conocimiento al servicio de la salud pública de Tucumán”, afirmó Falú.
La protagonista de esta historia es Dominique Cáceres, una joven de 15 años que convivía con limitaciones físicas. “Me privaba de correr, de hacer deportes con mis amigos. Cuando supe que podían operarme por cateterismo sentí nervios, pero también alivio al saber que no era tan riesgoso como una cirugía a corazón abierto. Ahora me siento completa: voy a poder hacer educación física, deportes y hasta sueño con volar”, expresó emocionada.
Su madre, Belén, recordó el camino recorrido: “Desde que nació sabíamos de su soplo en el corazón. Esperamos que desapareciera, pero no fue así. Cuando la doctora Baselga nos explicó que existía esta nueva posibilidad en Tucumán, no lo dudamos. Hoy verla feliz, con una vida nueva por delante, es el mejor regalo”.
Finalmente, Falú resaltó que este avance “marca un antes y un después en el Hospital de Niños y en el sistema público, porque garantiza que procedimientos de alta complejidad, antes reservados a la medicina privada, hoy estén al alcance de todos los tucumanos”. Y cerro: “La salud es una prioridad y cada paso que damos en tecnología y capacitación de nuestros profesionales se traduce en esperanza y calidad de vida para los tucumanos”.