De acuerdo a la Ley 14.346 sobre maltrato animal, le infiere a los efectivos policiales la facultad de secuestrar los animales en riesgo. En este caso eran usados como gallos de riña.

Todo inició cuando efectivos de la Comisaría Lastenia fueron informados sobre una violencia de género que se estaba llevando a cabo en un domicilio en el pasaje Brasil sin número. Cuando los servidores públicos se dirigían al lugar, se encontraron en la vía pública con una mujer que adujo que su marido la había golpeado momentos antes, por lo que procedieron a asistirla y luego la trasladaron hasta la dependencia policial para radicar la denuncia.

Mientras tanto, otro equipo había sido informado de la situación, y fueron quienes acudieron a la vivienda en busca del agresor. Cuando ingresaron, esta persona no se encontraba, pero se dieron con la desagradable escena de los animales en estado de abandono y encerrados, hacinados en jaulas.

Por este caso, se dio intervención a la Fiscalía de Delitos Complejos, que dispuso dar lugar a la Fundación Matías para resguardar a los animales.