• Lules
  • Hicieron un emotivo homenaje a la directora María Luisa González

    En la Escuela Especial Nuestra Señora del Rosario, la comunidad de Lules rindieron homenaje a María Luisa González, directora de la institución recientemente jubilada

    Algunas despedidas no son tristes pero si están marcadas por el agradecimiento. En la Escuela Especial Nuestra Señora del Rosario, la comunidad de Lules y todas las familias de la Educación Especial rindieron homenaje a María Luisa González, directora de la institución recientemente jubilada. El ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer; el intendente de Lules, Carlos Gallia; y la directora de Educación Especial, Viviana Páez acompañaron la jornada.

    “Uno tiene el honor de poder homenajear porque lo que mueve al sistema educativo es ese trabajo silencioso, cotidiano, permanente, del que tenemos ejemplo en cada escuela a la que vamos”, comentó Lichtmajer haciendo referencia al relevante aporte que Luisa realizó durante casi tres décadas al establecimiento.

    Llegó a la escuela en la década de los 80, permaneció diez años como docente y luego se hizo cargo de la dirección hasta el 16 de noviembre cuando puso punto final a su carrera docente. También fue concejal de la ciudad de Lules, y durante ese período gestionó que el terreno donde está la escuela sea cedido al Ministerio de Educación para el funcionamiento de la misma.

    En términos formales es María Luisa, pero para sus alumnos, las familias, sus docentes e incluso los vecinos luleños es simplemente “Lucha”. El intendente la describe como una figura trascendental en la comunidad: “Lucha es una institución. Ella trabajó mucho tiempo acá para que esto sea una realidad. Yo lo viví en mi gestión y años anteriores también”.

    No hay dudas que quien elige el camino docente nunca abandona su vocación. Sin embargo, el paso del tiempo marca las prioridades. “La pandemia me dio la posibilidad de ir separándome de a poquito y me facilitó hacer el cese el 16 de noviembre. La conozco demasiado a la escuela, la amo demasiado. Le dediqué todo y la escuela me dio vida. Fue lo mejor que me pasó en la vida, comenzar a trabajar acá. Antes del 80 comencé a hacer el relevamiento para que la escuela funcionara. Si hubiese sido por mí no me hubiese ido, pero la vida me lo exige”, dijo María Luisa, emocionada.


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