• CONCIENTIZACIÓN
  • Con educación ambiental, redujeron los incendios de pastizales de altura

    La iniciativa promovida por el Gobierno de Tucumán, sumó el aporte de la Asociación Argentina de Montaña, pueblos originarios que habitan la alta montaña y comunas del interior.

    Desde el Gobierno de Tucumán, a través de los ministerios de Desarrollo Productivo y Seguridad, junto a delegados comunales, representantes de la Asociación Argentina de Montaña (AAM) y miembros de los pueblos originarios de los comunidades de alta montaña de la provincia, se promovió con éxito una política de educación ambiental que posibilitó la prevención de incendios de pasturas de altura que en el último año registraron un descenso notorio de los siniestros, erradicando la práctica consuetudinaria.  

    Esto fue lo que se informó, luego de una reunión en la que participaron el director de Defensa Civil, Fernando Torres; el subsecretario de Protección Ambiental, Marcelo Lizárraga y Carlos Giobellina, subsecretario de   Recursos Hídricos, ambos de la Secretaría de Medio Ambiente; el cacique de Mala Mala, René Romano; el delegado comunal de Ancajuli, Arturo Arroyo; Rubén Goñi y Nicolás Kusnezov de la AAM.

    Torres dijo: “es una buena iniciativa conjunta impulsada por distintos organismos y una ONG, a la que se sumó la comunidad de la zona porque la quema afecta el ambiente natural donde vive”.

    Desde Defensa Civil, comentó: “se lleva adelante la promoción del Plan Nacional de Manejo del Fuego, que es el sistema de combate y prevención de incendios forestales. Nos vino bien incorporarnos a esta iniciativa porque nos permitió sumar capacitaciones y concientizar a la gente sobre la inconveniencia de la quema”.

    Esto posibilitó controlar la práctica en el último año, en comparación con períodos anteriores  por el compromiso y presencia de las comunidades y asociaciones civiles: “Nosotros valorizamos todo lo que pueda venir del tercer sector”.

    Torres dijo que en el sector de alta montaña en Anca Juli, Anfama y La Ciénaga “no hemos tenido incendios. Hubo focos mínimos a diferencia de años anteriores. Queremos trasladar esta experiencia a otros sectores donde están sucediendo incendios”.

    Giobellina comentó: “en 2020, con el desarrollo de la pandemia, se dio la posibilidad de una asociación para trabajar la problemática. Se dio un círculo virtuoso orientado a la capacitación de los actores y pobladores de alta montaña. Se lograron muy buenos resultados. Presentamos esta información y analizamos la posibilidad de replicarlo en otros lugares de la provincia donde tenemos el flagelo de los incendios y la quema de pastizales, banquinas y terrenos productivos”.

    Además, dijo que la acción busca generar conciencia con fines preventivos para cuidar el ambiente: “estamos trabajando con los actores territoriales y con los sectores que tienen que ver con la educación”.

    Kusnezov aseveró: “nosotros somos montañistas. Amamos las montañas y las recorremos. No dimos cuenta que la quema de pastizales es un problema serio y afecta a las comunidades”.

    Sobre esta práctica, dijo, provoca desertificación en los suelos de alta montaña, lo que tiene aparejado que haya menor infiltración de agua. Esto ocasiona una baja en la provisión del líquido en San Miguel de Tucumán, entre otras ciudades. Sólo algunos de los problemas generados por la quema de pastizales.

    “Abordamos los incendios forestales desde otra perspectiva. Como el 99% de los incendios en el mundo son ocasionados por el hombre, con esa idea nosotros fuimos a buscar a los actores responsables de la práctica. En las comunidades indígenas tuvimos una excelente aceptación para resolver la problemática. Eso significa mejores pasturas y una mejor manera de vivir hacia el futuro” y señaló: “Logramos que en el último año  Tucumán tenga un 98% menos de incendios en alta montaña. Comenzamos a trabajar en septiembre del 2020 para estar preparados en junio del 2021. Instruimos a los vigías de la Pachamama. También creamos un santuario de cóndores en los Valles Calchaquíes”.

    El deportista contó que los pobladores tienen esta costumbre a raíz de creencias que indicaban que el fuego genera rebrote de  pasturas, para ahuyentar al zorro o al puma y, dijo, “pudimos demostrarles la quema quita propiedades al sueño y afecta el rebrote del pasto”.

    El cacique de la comunidad Diaguita Mala Mala e integrante del Consejo de Caciques de los Pueblos de la Nación Diaguita explicó: “Lo hemos logrado, en base a la concientización de la población de alta montaña de Anfama, Mala Mala, Chasquivil, El Siambón y El Nogalito, trabajando con los vecinos para llegar a la conclusión de que no debemos quemar la montaña, el suelo y la Pacha Mama porque estamos llevando muchos perjuicio a nuestras comunidades mediante el fuego”.

    Esta práctica se venía haciendo hace muchos, señaló, al tiempo que dijo: “Mi familia y yo quemábamos el campo, sin tener la visión que tenemos hoy gracias a la enseñanza que vamos recibiendo de Defensa Civil, Medio Ambiente, Flora y Fauna y la Asociación Argentina de Montaña”.

    BREVES